La fisioterapia puede servir como aportación a la preparación al parto dado que puede tratar y prevenir todos los trastornos relacionados con la zona pélvica, lumbar y abdominal. Se trata de una intervención que no es invasiva porque ayuda con los problemas que pueden estar asociados al embarazo y al parto, y se basa sobre todo en la educación y la información a las pacientes, la recomendación de ejercicios para entrenar la musculatura y la rehabilitación perineal en caso de ser necesaria tras el momento del parto.
En este artículo vamos a reflexionar sobre esta serie de beneficios y la justificación de la fisioterapia en este momento tan crucial como es la preparación al parto.
Para empezar, tengamos en cuenta que el momento del parto supone un esfuerzo físico que requiere de un tono muscular suficiente para no presentar secuelas más tarde. Es un momento de cambio fisiológico y durante el embarazo se producen cambios en el cuerpo de la persona gestante, por tanto un buen trabajo previo facilitará sin duda un alumbramiento con una menor incidencia en cuanto al riesgo de futuras lesiones. Además, también sincronizará las estructuras musculares y óseas en el momento del nacimiento del bebé, porque con el trabajo previo la persona que va a dar a luz se irá haciendo consciente de su propio cuerpo.
Trabajando la respiración y la musculatura, es muy probable que la persona que va a dar a luz, a través de las técnicas guiadas desde la fisioterapia y desde su criterio, se sienta más segura de sí misma en este momento tan importante, generando mucho menos estrés ante el momento decisivo que puede suponer un estresor por el miedo o la incertidumbre ante el mismo.
En ese sentido, los ejercicios prenatales y postnatales es una parte esencial de la fisioterapia y su metodología se basa en un plan específico. Para empezar, se trabaja como hemos dicho sobre la toma de conciencia del propio cuerpo y sobre un trabajo de la postura. Seguidamente, se aprenderán técnicas de respiración y habrá una reeducación tanto de las presiones abdominales como de la defecación. Se trabajará la normalización del uso de los diferentes bloques musculares, la movilización correcta de la pelvis y se otorgarán ejercicios adaptados para el estado de gestación. También son relevantes en este punto otro tipo de intervenciones específicas desde la fisioterapia, como el masaje perineal o la aplicación de la sonda vaginal.
Por último, es importante también una sesión en pareja en caso de que la persona comparta la crianza porque es importante dedicar una sesión informativa para hablar sobre el momento del parto y la sintomatología asociada, como por ejemplo el momento de la dilatación.
En base a este método, la fisioterapia se puede combinar con otros tratamientos que la acompañen y al no presentar ningún efecto secundario presenta múltiples ventajas a la hora de abordar el momento del parto, pues permite ofrecer soluciones a medio y largo plazo para los problemas que puedan asociarse a este momento concreto.